Lo que te define como persona no es ni lo que te ha pasado, ni lo que dices que vas a hacer en el futuro, ni tampoco, lo que las demás personas dicen de ti. Tú eres y existes solo en el presente, en este ahora en el que estás leyendo estas palabras, y lo que decides hacer con este presente y el regalo que trae consigo determinará la calidad de tu vida futura.
¿Hasta qué punto esta afirmación constituye un regalo para tu vida y de qué forma puedes comenzar a cambiar tu destino?
La afirmación me invita a reflexionar en qué paradigma de tiempo estoy viviendo y en cuál quiero vivir.
Muchas veces me sucede que pienso en el futuro, y cuando identifico pendientes que sostengo en el tiempo me agobio. Sin embargo una vez que me decido a hacer las cosas que he evitado y las realizo de manera concentrada, me doy cuenta que el tiempo y el tedio vivido es mucho menor que el que esperaba.
Al cumplirlo siento satisfacción y me recrimino haber estado “rumeando” todo el tiempo mientras procrastinaba. Sufro mucho más pensando en lo que tengo que hacer, que haciéndolo.
Esto me lleva a querer definir las cosas que quiero hacer, así como agendarlas y hacerlas sin vacilar. A vivir mis acciones en el presente, aprovechar el momento, ser dedicada en mis acciones y efectiva en el logro de objetivos, sin escalas ni vueltas en redondo.