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Más bien son pocas cosas las que he publicado en Internet, la inmensa mayoría en FB sobre acontecimientos más bien públicos de mi vida, supongo que soy chapado a la antigua, del siglo pasado. Recuerdo que la motivación inicial a unirme a FB fue poder contactar nuevamente con amigos que quedaron atrás cuando migré y tal vez crear oportunidades para encontrarse nuevamente… pero algo no hice bien por que fueron realmente pocos los reencuentros propiciados por ese contacto. En algún momento esa red social se convirtió, a mi parecer, en una especie de competencia sobre ¿quién vive los mejores momentos en su vida?, algo como ¿quién tiene la mejor vida?, en todo caso perdí interés en ello (¿acaso por qué sentí que iba al último?) y la abandoné. Estoy casi seguro que las líneas que escribo ahora, en esta experiencia, sean acaso las más largas que nunca posteé, tal vez sigo siendo un tipo tímido? ¿tal vez no le veo caso? o tal vez ¿caí bajo las ruedas de la innovación y fui arroyado por la tecnología? ¿qué opinas?
No sabría establecer el punto hasta el que llega, lo cierto es que se ha afectado como me relaciono con otros y con migo mismo, en formas diversas, por ejemplo tengo un hermano que vive literalmente al otro lado del planeta, 16 horas de diferencia horaria; pero la tecnología lo pone en vivo y en directo en mi mano y puedo saber en tiempo real si se encuentra triste o alegre, y puedo influir en su estado de ánimo y él en el mío, en vivo y en directo, todo también al alcance del presupuesto, no se compara con el telegrama como forma de comunicación con los seres queridos que estaban lejos, en mi niñez. Otro ejemplo es cómo percibo las noticias, antes sentía que no había otra opinión más que la que daban los medios de comunicación más grandes y respetados del país, tal vez ni me atrevía a cuestionar la forma en que presentaban las noticias o ni siquiera me atrevía a sospechar las posibles agendas secretas que tuviesen, ahora con el acceso masivo a información de fuentes tan variadas de tan diversos sectores y puntos de vista es innegable que constantemente me pregunto de sus motivaciones secretas de sus formas y definitivamente entiendo que debo esforzarme para tener un criterio propio y entender lo que sucede (realmente). En otro ejemplo recuerdo que para encontrarse con alguien lo normal era ponerse una cita en un lugar conocido por ambos a una hora determinada, pero si algo impedía cumplir la cita, bueno, todo el asunto se iba al traste, eso hacía que nos esforzamos en ser muy cumplidos, si alguien fallaba la cita te ibas a casa con la intriga ¿qué le habrá pasado?, pero no era algo angustiante en términos generales; ahora bueno todos están al alcance de una llamada no hace falta tanto protocolo, pero si es un ser querido que no contesta… que angustia! 🙂
